• En los casos de recuperación de deudas, ¿están paralizadas indefinidamente las actividades de recuperación y resolución porque uno o más de sus deudores ha huido, o se desconocen su paradero o su situación?
• La concentración de esfuerzos y recursos dedicados a los deudores escurridizos o en paradero desconocido hace que en ocasiones se desatiendan las cuentas cobrables. ¿Influye esto negativamente en el plazo medio de cobros pendientes que figuran en el libro mayor?".
• En el caso de cuentas por cobrar, ¿se enfrenta el acreedor a deudas incobrables o de dudoso cobro o a cuentas en las que el cliente en cuestión atraviesa problemas temporales de liquidez u otras dificultades financieras? En este último caso, ¿la mala gestión actual de estas cuentas puede provocar perderlos como clientes en el futuro?.
• En el caso de cuentas deudoras con procesos judiciales en curso, ¿poseen dichos clientes activos con los que asegurar el cobro?
• ¿Puede un acreedor saber a ciencia cierta que se ha hecho todo lo posible para intentar localizar a sus deudores en paradero desconocido?
• ¿Ha recibido informes poco fructíferos de otras agencias de investigación?
¿Cree que es hora de cambiar?
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